En los setenta, los brutales asesinatos de trabajadoras sexuales en zonas deprimidas del RU despiertan poco interés en el público... hasta que asesinan a una adolescente.

El homicida sigue victimizando mujeres, pero la Policía espera que unas huellas de neumático y el billete de 5 libras de una víctima la conduzcan a un sospechoso.

La Policía publica llamadas telefónicas y muestras de escritura de un sospechoso. Las mujeres se quejan de la incapacidad de la institución para capturar al Destripador.

Más de cinco años después de la primera agresión, la Policía finalmente hace un arresto, lo cual desata un furor mediático y acusaciones de una investigación mal hecha.