Un joven surfista alemán es asesinado en un pueblo de la costa oeste de Dinamarca. Un año después, el caso sigue sin resolverse. En esta pequeña comunidad costera, todos se conocen y nadie quiere hablar. Las policías danesa y alemana deciden enviar a dos investigadores, Helene y Thomas, en una misión encubierta.

La postal analizada por el laboratorio revela un dibujo en forma de sol que podría ser la firma de un ceramista. Helene está convencida de que Sebastian fue asesinado en el faro, y aconseja a Ellen que vuelva a buscar allí. Ulrik le cuenta a Helena que trapichea con alcohol y cigarrillos de contrabando, y que la noche del asesinato oyó unos gritos en el faro.

Tras ser descubierto en la playa, Thomas le dice a Michelle que necesita dinero rápido y que le gustaría participar en sus carreras clandestinas de coches. Mientras, Helene encuentra el lugar donde Ulrik esconde la mercancía de contrabando, y lo ve discutiendo con su socio, aunque no consigue verle la cara. Finalmente, Suzanne y Peter invitan a cenar a Helene y Thomas.

Después de encontrar muerto a Ulrik, Helene encuentra trabajo en la residencia de ancianos del pueblo. Allí conoce a Laurits, el antiguo farero, que bien podría ser el noctámbulo que busca la policía. Por su parte, Thomas participa en la carrera de coches en la playa para acercarse a los surfistas.

Thomas regresa a Hamburgo después de la discusión con Helene. Esta le entrega a Ellen el vídeo del museo, donde se ve a Sebastian con un libro robado escondido bajo la camisa. En Alemania, Thomas establece una conexión entre el robo del libro y sus estudios de literatura en Hamburgo. Decide comenzar a investiga a los amigos de facultad de Sebastian, que no habían sido entrevistados por la policía.

Thomas llega a tiempo de dejar fuera de combate a Jimmy cuando está a punto de ahogar a Helene. Mientras tanto en la residencia de ancianos, Laurits no deja de repetir un nombre: Alexandra. Helene está convencida de que su hija, Rigmor, oculta algo y decide seguirla hasta una cita con Suzanne.

Mientras trata con los anticuarios de armas, Thomas se da cuenta de que los surfistas buscan algo importante entre los barcos nazis hundidos frente a la costa. Por su parte, Helene descubre que Suzanne está siendo extorsionada por Rigmor. Más tarde, cuando va a concertar una cita para ir a bucear, Thomas descubre en la taquilla de Michelle el libro que robó Sebastian del museo.

Helene llega in extremis para salvar a Thomas, atrapado por las llamas en el almacén de botes de Thorbjørn. Más tarde, fuera de la residencia de ancianos, Helene escucha una conversación telefónica entre Rigmor y un misterioso interlocutor.