En el bastión de Ttarttalo, una Hodei cansada de vivir pasa sus días como un animal enjaulado. Ttarttalo y Herio cambian de imagen: estamos en la Era del Hierro.

Descubrimos el pasado de Ttarttalo mientras Hodei sigue encerrada en su celda.

En el pasado, Ttarttalo emprende un viaje para encontrar a un ser querido. Por otra parte, Hodei conocerá mejor los tortuosos rituales de Ttarttalo y su séquito.

La tensión crece en el bastión cuando la joven Herio y Ttartalo discuten. Mientras tanto, en otra línea temporal, Ttarttalo encuentra a la persona que estaba buscando.

Hodei amenaza a Ttarttalo y éste sólo quiere complacerla. Se descubre cómo Ttarttalo consiguió crear un séquito que le sigue tan fiel como a un dios sobre la tierra.

Un desconocido transporta a los hermanos hacia una nueva dimensión, donde tienen una revelación que les cambiará la vida.

Las malas influencias llevan a Herio por el camino del odio y el rencor. Vemos cómo los hermanos la entrenaron para convertirla en la guerrera que es hoy.

Una nueva vida llega en la peores circunstancias, la huida de Hodei se ve abocada al desastre.

La adivina se ve amenazada por los hermanos y lanza una profecía fatídica. Hodei se embarca en un viaje por los rincones de su atormentada mente.

La bondad de un antiguo enemigo ayuda a Hodei. Pero ésta tendrá que tomar la decisión más complicada de su vida, una decisión que podría cambiar el curso de la humanidad.

Retomando los hechos donde los dejamos la temporada pasada, Hodei toma su decisión ante Aztibela.

Hodei aparece en una carretera desierta, en un tiempo y mundo del que no sabe ni recuerda nada.

Encerrada en un psiquiátrico, Hodei conoce a algunas personas que parecen saber más de ella que ella misma.

Mientras en el exterior se gesta una unificación nuclear, Hodei se gana su salida del psiquiátrico con un nuevo jefe: Ttarttalo.

Su nuevo jefe está muerto, Hodei es encerrada de nuevo y los Antiguos Dioses reciben una oferta muy jugosa de un moderno de mierda.

Hodei escapa junto a Herio, la hija deTtarttalo, cuya muerte desata el caos en las calles. Ilargi, una de las pacientes del psiquiátrico se une al viaje.

Con un nueva tarea encomendada por parte de Ttarttalo, Hodei, Ilargi y Herio caen en las manos de dos Antiguos Dioses reconvertidos.

Hodei, Herio e Ilargi se libran de nuevo, pero se encuentran frente a un enemigo aún más peligroso. Los poderes de Ilargi podrían ser más útiles de lo que Herio creía.

Hodei descubre que todos sus sueños y alucinaciones tenían un sentido.

Herio termina gravemente herida, y su única esperanza parece traicionar todo por lo que han luchado. La verdad se revela a Hodei, y de nuevo debe tomar una decisión cuando la unificación nuclear se lleva a cabo.