Iberia Salvaje: Lista de episodios

La vida vegetal del interior de la Península Ibérica ha estado suspendida durante los hielos invernales y despierta en primavera. Es la señal que marca el inicio de los procesos reproductivos. La primavera es una estación climatológicamente inestable y en el centro peninsular todavía hace fresco. Las hojas de los árboles no han salido aún, pero pronto esconderán los nidos de las aves. A finales de mayo, la primavera se extiende por toda la península y todas las crías se enfrentan a la urgencia que impone un tiempo difícil de predecir en lo que puede durar.

El verano es la época de cría y la principal tarea es sacar adelante la prole que nació en primavera. Aunque la península Ibérica tiene muchos climas y en la estrecha franja del norte es suave, el verano es duro por el calor y la falta de lluvias, que hace que el agua sea difícil de encontrar.

Después de la sequedad y el calor extremos en el bosque mediterráneo, con el otoño llegan las primeras lluvias. El otoño no es puntual ni llega a todos los sitios a la vez. Las condiciones de la estación a veces se adelantan o se atrasan, pero la luz de los días se acorta y las noches refrescan. La lluvia y la cada vez más larga oscuridad de las noches siguen bajando las temperaturas y la vida natural se adapta a estas nuevas condiciones.

Cómo se adaptan y conviven las diferentes especies de animales y plantas de la península ibérica en invierno. Desde las montañas hasta las costas, pasando por los bosques y los humedales, descubrimos la belleza y la diversidad de la naturaleza ibérica.