El industrial Prada Palacín, supuestamente implicado en el tráfico de drogas, es puesto en libertad sin cargos, y ha interpuesto una querella contra la policía por malos tratos. La noticia salta a los periódicos y provoca una fuerte polémica, sobre todo en el grupo especial de la Brigada Central.

El inspector Flores y sus hombres deciden hacer una redada en el club "Burbujas", donde supuestamente Sousa tiene montado clandestinamente su campo de operaciones con la droga y la prostitución. Flores sabe que la Aurori, la hija de los Jorowish, está entre las menores que Souso ha prostituido; por eso, ya pesar de la oposición del inspector Marchena, un policía de la vieja escuela, resentido, violento y con agrésividad a flor de piel, opta por introducirse con sus hombres en el club, montando una estrecha vigilancia.

El asesinato de un pistolero en la cárcel Modelo de Barcelona, desde una terraza contigua, hace que el Grupo Especial empiece a investigar. Dichas investigaciones le conducen a un grupo inmobiliario, que blanquea dinero.

El inspector Lucas está investigando la muerte del Buga, un chapero antiguo amigo suyo y que se dedicaba a robar coches importantes para una organización que, después de combiarles las placas de matrícula, los enviaba a Sudamérica para su posterior distribución. La China, hermana del Buga, quiere vengar la muerte de su hermano.

Tino Sollers, un importante industrial de máquinas tragaperras está imponiendo, mediante lo violencia, la instalación de sus máquinas en casi todos los locales recreativos, bares y clubs. Para amedrentar a los que se resisten, ha contratado los servicios de un pistolero llamado Rolando, alias "Pies de plomo".

La llegada de Carlos, un joven y flamante inspector, recomendadísimo por el jefe de la Brigada de Interior, rompe un poco la monotonía y la rutina de la Brigada. El primer trabajo que le encarga Flores es que investigue la muerte y violación de una chica que ha ocurrido la noche anterior en un descampado.

La muerte de una serie de pequeños traficantes de cocaína y la forma en que se producen hacen pensar a Flores y sus hombres en un ajuste de cuentas entre narcotraficantes. Pero las investigaciones les conducen a un alto ejecutivo, Tomás Delclós, con un gran prestigio en el ejercicio de su profesión. Ante la falta de pruebas contra él, prosiguen las investigaciones.

Un grupo de atracadores está esperando la llegada del jefe para repartirse el botín de un atraco que han perpetrado ese mismo día. El jefe no es otro que Angel, hombre cruel que es el jefe del Grupo de Atracos de Valencia. Angel y sus hambres liquidan a todos los atracadores, excepto a uno, que ha conseguido escapar con el botín.

El inspector Muriel, de vacaciones en Galicia, llama a Flores para informarle que ha recibido una información sobre un desembarco de drogas. Flores, con Carmela y Loren se desplaza a Galicia para apoyar las investigaciones que les encaminan hacia Nino Fonteche, industrial libre de toda sospecha, que tiene amedrentado a todo el pueblo.

Rogelio, padre de Flores, se ve implicado en un robo de obras de arte junto con los Jorowisch. El robo se ha cometido en una iglesia y ha actuado como cómplice al sacristán, que aparece muerto en una pensión. Irene, mujer de Rogelio, viene a ver a Flores para decirle que tiene que protegen a su padre porque tanto su familia como dos matones a sueldo quieren matarle.

La sucesión de una serie de asesinatos, cometidos siempre de la misma manera y siempre sobre la persona de mujeres de policías, hacen que todo el cuerpo de policía, incluido el grupo especial, se dedique a la investigación y búsqueda del asesino.

En la Costa del Sol se detecta un importante tráfico de armas que son intercambiadas por un gran alijo de droga que hay depositado en un yate en aguas jurisdiccionales. Allí se traslada el grupo especial para iniciar las investigaciones.

Al descubrirse que Flores ha encubierto a su padre en un delito de robo es destituido fulminantemente como jefe del Grupo Especial y trasladado a una comisaría de barrio donde ejercerá sus funciones como un policía más. Hundido, amargado, desposeído de toda gloria y arrastrando su penosa y nueva situación, encontrará en sus hijas el consuelo y la paz.