Pesadilla en la cocina: Lista de episodios

Con su sinceridad habitual y avalado por su experiencia, Alberto Chicote se propone salvar de la quiebra La Tana, el restaurante roquero regentado por Alfredo y Fátima.

Da Vinci tuvo mucho éxito, pero anda en la cuerda floja por la mala vida de su dueño, Rafa Soler, que va a perder su local de Alicante. Alberto Chicote acude al rescate.

Hoy le toca el turno a El Gusto es Nuestro, un restaurante de Vallecas (Madrid). Chicote quiere darle un impulso a sus dueños, que no saben gestionar su negocio.






El Sagar es un restaurante hindú que aspira a ser el mejor de Madrid. Chicote ve fallos en la decoración y la cocina, y asegura que su comida "es un quiero y no puedo".

Chicote va aun restaurante de carretera: La Ermita. Tiene potencial, lo llevan dos gemelas y la pareja de una de ellas, pero las riñas entre los socios serán su ruina.

Este mesón taurino ha perdido la buena fama que tenía. Además de reformar el local, el dueño debe entender que su autoritarismo hace peligrar el negocio y su matrimonio.

Los gritos y consejos de Chicote llegan a su fin. En el final de la temporada, intenta salvar un restaurante clásico de Marbella que tiene una carta demasiado anticuada.
Chicote quiere reflotar el Katay. Prueba sus sumai, shushi y tataki, que están fríos y manipulados porque se ve la marca de los dedos que han dejado los cocineros.
Cristóbal, el dueño, ordena a una empleada que no deje entrar a más gente porque solo tienen un menú. Así, a Chicote no le extraña que los clientes se vayan a otro sitio.
Alberto Chicote se prepara para probar los platos de La Zapatería. En la carta no encuentra nada apetecible, sobre todo después de ver la comida expuesta sin enfriar.
Dámaris no se siente valorada por su hermana M.ª Ángeles. Quiere que vea que no es culpa suya que las cosas vayan mal, sino que hace falta alguien que lo dirija todo.
Alberto Chicote pone toda la carne en el asador para detectar los fallos de un restaurante en crisis, transformarlo en un par de semanas y hacerlo económicamente viable.
Chicote tiene muy claro que "cerdadas, ni una". Y es que "detrás de la cocina que uno hace está quien la hace", por eso afirma que le próximo restaurante es "triste".
Alberto Chicote conoce a Pancho, un cubano que lo invita a un mojito en su chiringuito. Parece que tiene un problema con la cocinera, que bebe cuando trabaja.

La Taberna la Concha es propiedad de Antonio, casado con Andrés, el cocinero. Pese a su potencial, va fatal. Antonio cree que falta autoridad y culpa a sus empleados.

Chicote intenta salvar el restaurante ruso con la peor comida que ha probado. Así califica la carta de Las noches de Moscú, en el centro de Madrid, fatal gestionado.
Una cocinera difícil y tres dueños que no mandan. La cocinera, Cristina, aprovecha que está Chicote para echar piropos y romper la vajilla ante uno de sus jefes.
Teresa es la "intuitiva" dueña del Anou. Para Chicote tiene "experiencia cero, ínfulas de grandeza, un ego como el estadio de Mestalla y un desastre a sus espaldas".
A veces la comida no es lo peor que se encuentra Alberto Chicote. Aquí visita un restaurante donde el respeto entre los empleados y propietarios brilla por su ausencia.
En el fastuoso restaurante persa Cool Palace, nada es lo que parece. Para el matrimonio iraní es el proyecto de su vida y necesitan a Alberto Chicote para levantarlo.
Picanha es un restaurante brasileño con un jefe sin autoridad, un camarero que va de dueño y dos cocineros que convierten la comida en algo sorprendente y disparatado.
Especial internacional en Miami. Chicote alucina con la forma de cocinar que tienen allí e intenta convencer a una cocinera harta de que no se vaya en mitad del servicio.
El periodista y presentador de "Salvados" come en el restaurante con la cocina más sucia que ha visto Alberto Chicote en toda la historia del programa.
Llega una nueva aventura entre fogones. Chicote no encuentra más que suciedad: "¿Sabes lo que es darle de comer esto a alguien? No sabes el asco que me da".
Dos hermanos están al frente de un restaurante y se llevan a matar. "Parecéis enemigos viscerales", les dice Chicote. ¡Y la hermana tira una mesa en un brote colérico!
Sandra volvió a la hostelería renegando de la tradición familiar y fundó la taberna L'Orbayu. Y cometió el gran error de contratar a tres amigas como empleadas.
Amigos desde la movida, durante 30 años gestionaron con éxito diversos locales nocturnos. Ahora, llevan un restaurante en una buena zona de Madrid. Pero no funciona.

El Puerto es una marisquería con solera de Benidorm que está en crisis después de 50 años de éxito. Allí, Chicote se enfrenta por primera vez al despido de un empleado.
La Parrilla de Poli es un poema: una cocina repugnante y grasienta, un bicho en la comida, género podrido, camareras que se insultan y gritan delante de los clientes...
Los dueños de la hamburguesería 34 Bar son los más jóvenes que han pasado por el programa (26, 25 y 18 años). El caos y la mala calidad de la comida son sus problemas.
En El Edén de Barcelona, trabajan tres hermanos que se aprovechan de sus padres. La situación supera a Chicote y decide, por primera vez, poner en traspaso el local.
En las tres temporadas anteriores, Alberto Chicote ha pasado por unos 40 restaurantes. en esta, desvela los 7 Pecados Capitales que ha visto: pereza, ira, soberbia...
Primer viaje a Murcia, a un restaurante en una antigua estación de tren, ahora de capa caída. "Pesadilla en la cocina" es el último tren que le queda a La Estación.
En una playa paradisiaca de Ibiza, el italiano Massimo lleva Le Terrazze con un equipo joven, inexperto y muy fiestero que se ha descontrolado. Es una situación caótica.
La Parrilla de Poli, La Panmediterránea, La Estación, Prost
Resumen de los mejores momentos de la cuarta Temporada















Por primera vez el chef acude a la llamada de un restaurante chino, el Mizuna Thai, que, en un intento de renovarse para adaptarse a los nuevos tiempos, tomó una decisión cuanto menos arriesgada.

Pili es una mujer con carácter. Con mucho carácter. Después de trabajar años como cocinera decidió abrir su propio negocio y se puso al frente de un restaurante familiar en el Casco histórico de Castro Urdiales. Pero las cosas han ido de mal en peor y si no toma pronto tanto las riendas de su negocio como las de su vida, "Casa Pili" tendrá los días contados.

Alberto Chicote viaja hasta Almería para conocer 'Generación del 27', un mesón y taberna con actuaciones musicales que, pese a tener un nombre que suena a Club de lectura, parece más el escenario de una novela negra. Los camareros son inexpertos y a veces consumen más de lo que sirven; la cocinera descarga su ira contra el mobiliario del restaurante; y el propio dueño lanza los platos a sus empleados.

Lo único que es verdad en A Cañada son los premios. A lo largo de los años han recibido diversos galardones por su comida, cuya fabada han llegado a coronar como la 'Mejor del mundo'. Pero al parecer, una vez conseguidos los laureles, dueña y cocineros de A Cañada se han relajado. Y han decidido utilizar el buen nombre de las medallas obtenidas para "vender" como casera una fabada que en realidad es de bote.

Alberto Chicote visita El Rosal, en Córdoba, que de primeras parece más un culebrón que un restaurante. La hija no se habla con su madre, los padres sólo se comunican discutiendo y la inexperiencia les lleva a cometer constantemente errores de principiante. Azotada por la crisis, esta familia perdió recientemente su casa y se lo juegan todo en un negocio del que saben bastante poco.

El programa viaja por primera vez a Melilla y lo hace con la intención de ayudar el restaurante-tetería de un joven dueño de lo más particular. La Tetería Nazarí está regentada por Mohamed, un amante de este tipo de gastronomía y un jefe completamente desconcertante: es déspota y tierno al mismo tiempo, se emociona en el momento menos esperado y tiene tanto miedo a que le copien sus recetas que no las ha revelado a nadie, ni siquiera a sus empleados.

Esta semana Alberto Chicote visita Valencia pero no precisamente para disfrutar del sol y su gran gastronomía sino para enfrentarse, en una difícil batalla, a un matrimonio que ha perdido el norte en la manera de dirigir su negocio y en el que las discusiones, los gritos e incluso el maltrato a la comida están a la orden del día.

"Si usted no quiere seguir esperando, lo mejor que puede hacer es marcharse". Así responde a uno de sus clientes la dueña de La Casuca, un restaurante de la localidad madrileña de Móstoles que hace varias décadas fue uno de los mejores locales del municipio pero que hoy, en manos de la hija del dueño y su marido, ha perdido a la mayor parte de su clientela. El problema: la familia está dividida en dos bandos.

Alberto Chicote y 'Pesadilla en la cocina' viajan por primera vez a Pamplona para descubrir cuál es el verdadero problema del 'Olé'. Optimista e inexperto, su dueño no ve lo que para muchos es evidente: la decoración andaluza en un lugar nada andaluz no concuerda; las rancheras que se cantan en directo tampoco hacen que el público se sienta muy integrado en el entorno; el servicio se equivoca constantemente, la carta no es precisamente exquisita... Y para rematarlo, existe una guerra abierta entre los empleados y entre los empleados con el dueño que provoca diariamente un ambiente enrarecido difícil de soportar.

En el programa, el dueño quería tener un restaurante refinado pero ahora sólo ofrece bocadillos de mala calidad, sándwiches resecos y una comida de espanto. Así se resume la historia de Cristian, el propietario del restaurante Phoenix, en Elche, un peculiar italiano con grandes sueños que no llegan a cumplirse. De montar una marisquería de nombre poco apropiado, pasó a darle un giro al negocio y convertirlo en una hamburguesería, bocatería y tapería que a juicio de Alberto tiene una de las cocinas de peor calidad que han pasado por 'Pesadilla en la cocina'.

Alberto Chicote viaja a Jerez de la Frontera para intentar reflotar, por primera vez, un mosto, una de esas ventas de campo que ofrece vinos y gastronomía de la tierra. Se trata del Mosto Tejero, un local que forma parte de la ruta del mosto, muy popular en la zona, que tras décadas de esfuerzo y alegrías hoy se encuentra en horas más que bajas y con un pie muy cerca del cierre. Al frente del negocio está Juan, "Juanete" para los amigos, un dueño muy particular que define su propio restaurante como "una sesión de Almodóvar". El propietario se pasa el día alternando con sus amigos, dueño y empleados tienen miedo a cocinera y los gritos entre unos y otros están a la orden del día. Por no hablar de la calidad de la comida, que deja tanto que desear que hay comensales que abandonan el restaurante sin ni siquiera probar los platos. Juan se encuentra al límite. La llamada a Chicote es su último intento de salvar la venta. Pero al cocinero no le resultará fácil. ¿Será Juan capaz de cambiar de actitud y aceptar sus responsabilidades en el restaurante?

En 'La cueva de Juan' las razones por las que el negocio cae en picado no son tan obvias para Emilio y para Carlos, dueño y empleado. Cada uno tiene una versión completamente diferente y esta realidad no ayuda en absoluto a que se pueda solucionar el problema. Emilio se escuda en que Carlos es demasiado serio y que no sirve las mesas con el desparpajo y la gracia con el que las que él las serviría. Por su parte, el encargado denuncia la enorme carga de trabajo que lleva encima y las interminables jornadas que ha de trabajar para poder hacer las tareas que tiene encomendadas, además del despotismo de Emilio, su absoluta dejadez, su falta de preparación y su manera de mirar a un lado ante los problemas. El desinterés de Emilio es tal que Carlos afirma haberse tenido que llevar trapos y manteles a su casa para lavarlos allí, tarea que pertenece en absoluto a las de un empleado. Estas diferencias, una vez salen a la luz provocarán un duro enfrentamiento entre ambos cargado de gritos, insultos y provocaciones físicas que Alberto Chicote intentará sofocar para evitar males mayores. El restaurante se hunde y amenaza por llevarse por delante a Emilio y a Carlos. La llegada de 'Pesadilla en la cocina' es la única oportunidad para abrirle los ojos al dueño e intentar hacerle cambiar de actitud para que tome las riendas del negocio. ¿Logrará el chef templar los ánimos y convencer al dueño de 'La cueva de Juan' de que asuma sus responsabilidades y empiece a tomar decisiones razonables?

Caos. Confusión. Desorganización. Estas son algunas de las palabras que mejor describen una jornada en 'El jardín del pensador', un restaurante situado a las afueras de la ciudad de Plasencia que se encuentra decaído y que no remonta.

Alberto Chicote encara un nuevo reto en “Pesadilla en la cocina” y se desplaza hasta Sant Boi de Llobregat para ayudar, por primera vez en la historia del programa, a un food truck llamado "El submarino".

El espacio televisivo de La Sexta emite el próximo jueves, 31 de octubre, un nuevo en el que visita la provincia de Cádiz, concretamente hasta Rota, donde intentará salvar Pepe’s Cantina, un local mexicano con muchas carencias. José es el propietario del negocio, que se mantiene a duras penas por la poca calidad de sus comidas. María, la camarera, aguanta como puede los caprichos de su jefe.

'A la parrilla' era un negocio familiar, situado en un local casi centenario que durante décadas gozó de una salud inmejorable. Al frente de la cocina se encontraba la madre de Toni, el actual dueño del negocio, una cocinera excelente que mantenía un nivel de calidad muy elevado. Sin embargo, desde que se jubiló, el restaurante no ha vuelto a ser lo que era. La comida deja bastante que desear, el servicio es un descontrol y la clientela no se mantiene. La situación es más que delicada y Toni ha perdido por completo la ilusión y las ganas de luchar por su negocio.

Este jueves a las 22:30 horas, Alberto Chicote conoce en Pesadilla en la cocina al cocinero de 'La tarantella', un restaurante donde las pizzas se queman y el suelo no se friega todo lo que se debería.

Una taberna andaluza en Valencia. Si todo lo demás estuviera a la altura, el titular pasaría por ser simplemente anecdótico. Pero la 'Taberna Lolailo' es mucho más. Y también mucho menos. Alberto Chicote viaja al Mediterráneo para acudir a la llamada de Mara, dueña de un restaurante tan peculiar como ella que hace aguas por todos lados con motivo de las risas, el descontrol y el jolgorio que reina a todas horas en el negocio. La falta de seriedad del equipo, la escasa profesionalidad y una comida de una ínfima calidad hacen del 'Lolailo' un despropósito adornado con diversión y ganas de pasárselo bien. Sin embargo, tras tanta risa y descontrol, la realidad no es tan divertida. La taberna cae en picado y nadie tiene muy claro el por qué. Alberto Chicote tiene que armarse de paciencia si quiere hacerle entender al equipo que sólo el más absoluto tesón y seriedad lograrán salvar un negocio que va camino de la ruina.

Alberto Chicote pone rumbo esta semana hasta Valencia para ayudar al restaurante Reina Mariana, una mezcla de sabores italianos y españoles que no están dando resultado a la familia San Filippo. Esta familia siciliana tuvieron mucho éxito con la hostelería en el pasado, pero ahora atraviesan un duro bache del que no saben cómo salir.

Alberto Chicote lidia con un restaurante con kilos de mugre. La propietaria del negocio pide ayuda a Chicote por la pésima gestión de sus actuales gerentes, que al parecer lo están hundiendo. Al llegar allí descubre que hay mucho más detrás.

Alberto Chicote se traslada a Cádiz para intentar reflotar por primera vez en la historia del programa un buffet libre. Para hacer una primera valoración, el chef de Pesadilla en la cocina cuenta con Pablo Carbonell, cantante, humorista y actor gaditano que conoce a la perfección la comida de su tierra.

El primer restaurante kebab que visita Pesadilla en la cocina está ubicado en el municipio de Alcorcón, al Sur de Madrid, El Tigris lleva más de 15 años en funcionamiento pero desde hace un tiempo va cada vez peor y hoy está al borde del abismo. El restaurante está regentado por Ana y Karim.

Las enormes discrepancias entre padre e hijo amenazan el futuro de un restaurante en el que la dejadez, los descuido y el caos campan a sus anchas. Alberto Chicote acude a el Rusiñol, en Madrid, para intentar sacar a flote a un restaurante atrapado en el tiempo.

En la cocina de 'El legado de Andrés' repiten tantos platos que se quedan sin género para finalizar el servicio. Algo que al dueño le pasa inadvertido. Fernando, no sabe el descontrol de carne que tienen en la parrilla y cuando se lo comunica a su jefe, llega el caos.

La Habana, el restaurante que visita esta semana Alberto Chicote, sufre una gran crisis. No solo porque el dueño del local se quiere jubilar pero no sabe a quién ceder el relevo, sino por la mala organización y el caos que inundan el restaurante.

Alberto Chicote se enfrenta al carácter testarudo y complicado de la dueña de la Madrina. El restaurante, situado en Villaverde, es un local de comida latina enormemente marcado por el carácter de su dueña Mónica, una mujer ecuatoriana que controla absolutamente todo.

Cualquier tiempo pasado fue mejor. Esa es la máxima de José Antonio, un cocinero que conoció el éxito y los premios con su antiguo restaurante, “Colosseum”, pero que hoy acude a Alberto Chicote acuciado por los problemas de su nuevo negocio: “If fogón della Toscana”. “Pesadilla en la cocina” inaugura temporada viajando a la localidad de Viladecans (Barcelona), en la que se encuentra este restaurante de cocina italiana regentado por una familia gitana, un negocio que alardea de buena comida, pero cuya mala organización y pésimo servicio han hecho que acumule una deuda que podría hacer que tenga que cerrar definitivamente sus puertas. Capitaneado por José Antonio, un cocinero curtido venido a menos cuyas pizzas eran famosas pero que ya no consiguen el mismo efecto entre los clientes, y su mujer Remedios, en “If fogón della Toscana” reinan los gritos, vuelan los platos y las cuentas no salen.

El histórico barrio de la Macarena, en Sevilla, será el escenario del nuevo programa de “Pesadilla en la cocina”, que laSexta emite el próximo X, a partir de las X horas. En este barrio se encuentra el también histórico local de “El palomo”, una típica taberna andaluza con más de 40 años a sus espaldas regentada por dos hermanos mellizos que nada tienen que ver entre sí. Para Antonio y Lorenzo, sus dueños, después de largas décadas de trabajo ha llegado la hora de jubilarse. Quieren que Cristina, la hija de Antonio, herede el negocio, pero para que eso ocurra necesitan que sea rentable y “El palomo” cada día se acerca más a la deriva. Alberto Chicote viaja esta semana a la capital andaluza para tratar salvar este negocio familiar que necesita modernizar sus formas de trabajo de forma inminente si no quiere acabar en la ruina.

Un dueño con escasa capacidad de liderazgo. Una cocinera, su madre, a quien no le gusta estar en la cocina. Y un negocio a la deriva. Estos son los principales ingredientes de la nueva misión de Alberto Chicote en “Pesadilla en la cocina”, en uno de los casos más difíciles y tensos de toda la temporada. El chef viaja en esta ocasión hasta la ciudad gaditana de Algeciras para tratar de salvar “El callejón”, un restaurante regentado por David, que abrió el negocio en 2015 con el fin de dar trabajo a su madre, pero cuya decisión se ha convertido en su verdadero quebradero de cabeza. Ella, Tere, es una mujer incontrolable cuyo complicado carácter convierte el día a día de “El callejón” en una tarea harto difícil para el resto de los empleados y para los clientes.

Un estrambótico restaurante de temática militar, regentado por una atípica pareja y con un propietario sin conocimiento ni experiencia en hostelería. Así es “100 quintos de zapadores”, la nueva misión de Alberto Chicote que lleva esta semana a “Pesadilla en la cocina” a la ciudad de Valencia, con el fin de tratar de salvar un negocio que se encuentra en la cuerda floja y que supondrá para el chef una difícil tarea. José, el propietario del restaurante, abrió el negocio como “homenaje a quienes hicieron la mili” y con la idea de crear un lugar único, que no pudiera compararse a ningún otro en el país. Pero la estrafalaria estética del lugar, en el que elementos decorativos sin aparente sentido se combinan de una forma de lo más excéntrica (a un mural de Don Quijote le acompañan decenas de objetos militares y hasta una pecera con la piña de Bob Esponja), no invitan a entender a primera vista el concepto que José tenía en mente.

“Pesadilla en la cocina” viaja a la ciudad manchega de Puertollano, Ciudad Real, para acudir a la llamada de auxilio de Chema, dueño del restaurante “Leña y Carbón”, un restaurante especializado en carnes a la brasa. Chema es propietario de cinco locales en total y el “Leña y Carbón” es el pulmón de su conglomerado, el que mejor funciona. Tanto es así que es el que soporta los momentos difíciles de algunos de sus otros establecimientos. Sin embargo, en los últimos tiempos la facturación del restaurante se ha visto mermada y necesita descubrir a qué se debe la caída en picado de su negocio, ya que, si el “Leña y Carbón” cae, se hunden todos. Chema señala directamente al personal como fuente de todos sus males. Cree que sus empleados, a excepción del encargado, no están cualificados, y que de ahí se derivan todos los problemas.

Esta semana Alberto Chicote y el equipo de ‘Pesadilla en la cocina’ se desplazan al municipio madrileño de Fuenlabrada, donde se encuentra ‘Magalia’, el restaurante de Manuel, un veterano hostelero con 24 años de experiencia. En esta ocasión, Alberto Chicote tendrá que enfrentarse al carácter de Manuel, un equipo desgastado debido al trato recibido y una situación económica difícil que cada vez va a peor.

La ciudad andaluza de Málaga es el escenario del nuevo desafío de Alberto Chicote en una nueva entrega de “Pesadilla en la cocina”, que en esta ocasión tiene como protagonista a “Bámbola” un restaurante que, a pesar de estar en una zona transitada de la ciudad, no llega a los números que debería. El sueño de María Jesús, su dueña, era abrir un restaurante y poder trabajar de cara al público, pero los exiguos beneficios que éste genera han provocado que haya tenido que entrar en cocina y que sea su marido, José, el que atienda las mesas. José fue camarero de un chiringuito de playa durante más de una década, pero ahora que es dueño de un negocio vaga desganado por el restaurante y ha perdido la ilusión. Los nervios de María Jesús cada día están más desbocados y su sensación de fracaso no deja de aumentar.

José Luis es el dueño del ‘Hotel-Restaurante Juan Manuel’ en Camarzana de Tera (Zamora), localidad de paso para los peregrinos que deciden hacer el Camino de Santiago siguiendo la Ruta de la Plata. José Luis, o “el Chicote de Zamora”, como afirma que le han bautizado sus vecinos y apodo por el que dice ser conocido en toda la comarca, es también el cocinero del restaurante, un negocio que le ha costado su matrimonio. Tras años trabajando en cocinas, José Luis decidió invertir más de un millón de euros en un proyecto que hoy no es rentable y donde, según sus empleados, los problemas más evidentes son su carácter y sus malas formas. La llegada de Alberto Chicote a la localidad zamorana es la última esperanza de este restaurante que no termina de funcionar. “Porque yo lo hago así”. Esa es la respuesta del dueño del restaurante ante cualquier crítica a su cocina.

Alberto Chicote se pone al frente de una misión en la que tendrán que ayudar al dueño del restaurante “La fortaleza” a rebajar sus nervios, calmar sus explosiones de ira y organizarse mejor, con el fin de evitar la tensión y lágrimas entre sus empleados, así como el fin de la paciencia de algunos clientes

El restaurante “Los 5 sentidos” tiene un claro problema de liderazgo que, de no resolverse, se terminará llevando por delante no sólo el negocio sino también a la pareja Desorganización, falta de mando y raciones excesivas y poco rentables son algunos de los obstáculos a los que se enfrenta Alberto Chicote en una emotiva entrega cargada de frustración, desasosiego y clientes insatisfecho

'Pesadilla en la cocina' viaja a Barcelona para visitar el restaurante Nicasso y conocer a su dueño y cocinero, Manel. Instalaciones antiguas, problemas de insectos y desencuentros con familiares y empleados son solo algunos de los problemas que Alberto Chicote tratará de resolver para salvar el restaurante.

Alberto Chicote viaja a Fuenlabrada para ayudar a Anka y Dani, una pareja que intenta sacar adelante la Taberna Danka. El chef se encuentra allí con dos jefes que luchan por imponer su visión particular sobre el negocio y que llevan a sus trabajadores al límite, provocando que la tensión explote en el momento más inesperado.

Chicote viaja a Valencia para ayudar a Jorge, el dueño de La terracita Gastrobar, un restaurante con clientes muy pequeños y problemas muy grandes.

En Majadahonda, en la comunidad de Madrid, está el 'Tradiciones Peruanas'. Un restaurante dirigido por Jorge, un jefe desganado que ha conseguido ponerse en contra a todo su equipo a pesar de que estos son, en su mayoría, su propia familia. Chicote irá de sorpresa en sorpresa al repasar las acciones de un dueño que parece empeñado en hundir su propio negocio.

En este episodio Chicote visita 'La Dulce Harleey', un local conocido por ser un referente para las mujeres moteras de todo el mundo pero que, por desgracia, cuenta con una cocina mal equipada, una oferta gastronómica desastrosa y un equipo más interesado en estar de fiesta que en sacar el trabajo adelante. Con todo, el mayor problema para el Chef será la desafiante personalidad de un encargado incapaz de reconocer el más mínimo error.

En este episodio Chicote viaja a Huelva para ayudar a Eli y José Antonio a reflotar 'El Sitio', un local que parece abocado al fracaso por tener al frente a dos jefes que se sienten incapaces de dirigir a sus trabajadores. Los gritos, la tensión y los abandonos pondrán a prueba la paciencia de los clientes y llevarán a la pareja a replantearse sus prioridades como empresarios e, incluso, como padres.

A los pies de las montañas de Montserrat está 'El Italiano', una pizzería regentada por Alessio y Manuel. Ambos fueron pareja en el pasado y ahora se ven obligados a mantenerse unidos como socios. Chicote tendrá la difícil tarea de mediar entre dos dueños con personalidades tan antagónicas como explosivas.

En la localidad barcelonesa de Granollers se sitúa el restaurante 'Brasas y más'. El local está regentado por Redón, que también ejerce de jefe de cocina. Chicote tiene que ponerse manos a la obra para revertir el caos en que se encuentra, sumido en una crisis debido a la falta de clientela en los últimos tiempos.

En Roquetas de Mar está la cervecería 'Los Pitos'. Chicote intentará que el dueño del local, Marcelo, recupere el ímpetu perdido tras varios años de reveses económicos y familiares. No será una tarea fácil, especialmente teniendo en cuenta la personalidad intensa y cambiante de un dueño que, por momentos, parece el menos interesado en salvar el negocio del que dependen él y su mujer.

Chicote va a Móstoles para ayudar a Dari y Álex, una joven pareja que reconoce sentirse superada por la responsabilidad de gestionar el restaurante de un Club Deportivo. Pronto el Chef descubrirá que el gran problema del negocio es la incapacidad de su máximo responsable: Álex.